Es peor que un crimen, es una estupidez

Ahora resulta que en el país de la policía sin armas esa misma policía puede
dispararte a matar porque le has parecido sospechoso. No es necesario que
hayas hecho ninguna atrocidad ni que amenaces con hacerla. Basta con que
tenga mala pinta (que parece que es tener la piel más oscura que el promedio
británico). Curiosamente, si has estado a punto de cargarte a una buena
cantidad de gente en el metro el procedimiento establecido es que te
paralicen con una pistola eléctrica para poder interrogarte. Cosas veredes,
amigo Sancho...

Por fortuna, los terroristas no iban a cambiar nuestro modo de vida, ya que
ésa sería su primera victoria. Y la gente clasificaba la película Kamikaze
(francesa, años 90) como ficción...

Para rematar la faena, eximios juristas que ocupan la más elevada magistratura
jurisdiccional de nuestro país consideran que ir pegando tiros a la gente por
la calle no sólo es legal, sino justificable y digno de encomio (Ah, no, es
que no le habíamos entendido bien. Si es que estamos tan tontos con el
calor...). Y la gente le coge miedo a ir en metro, autobús o en trenes de
cercanías...

Al menos, el IRA ha decidido abandonar definitivamente las armas y actuar sólo
por medios políticos. Con un poco de suerte, otros iluminados más cercanos
siguen su ejemplo y mucha gente puede empezar a vivir de verdad en su tierra,
sin escoltas y sin miedo.

No todo lo que ha salido de Londres es malo. Para muestra:
www.actuaconamnistia.org

¿Cómo convencer a los alegres muchachos de Al Qaeda de que no somos cruzados
que queremos destruir su religión si nuestro rey realiza todos los años en
nuestro nombre (sin consultarnos ni a nosotros ni a la Constitución) una
ofrenda al Apóstol Santiago (el de la batalla de Clavijo). Bueno, todos los
años, no. Como éste año no es Año Santo y el calendario de regatas de
Mallorca es agotador (o estaba preparando las maletas para ir a las Azores)
le ha pasado los trastos al alcalde de Santiago, del PSG. Si es que estos
socialistas no hacen más que perseguir a la pobre Iglesia Católica, mártir
ella...

Vale