Vivan los novios

No es por la votación de ayer del Congreso, es que el fin de semana pasado tuve boda en Algeciras (un poco más, y en el extranjero) y quería dejar constancia de mis parabienes para la feliz pareja (toma tópico de gacetilla de sociedad). Aunque supongo que ahora se empezará a gritar "viva el novio y la novia" para distinguirse del "vivan los novios" y del "vivan las novias". Resulta que tanto la Guía Campsa como la Michelín (en sus versiones electrónicas) te inducen a coger la R-4 en tus desplazamientos hacia el Sur. Como si la A-4 tuviera algún problema. Curioso, ¿no? Luego resulta que el desvío más importante que hay en la A-4 (por tráfico - especialmente de extranjeros - y por los destinos a los que te lleva), el de Algeciras no te lo avisan con anterioridad, te lo encuentras de sopetón a poco de pasar Despeñaperros (¿seguro que ese tramo sigue siendo autovía? Ni imaginarme quiero cómo sería antes ese puerto).

Luego está la señal "typical Andalusian" de "firme deformado en 30 km". ¿Y si se decidieran a arreglarlo? Y esas curvas tipo Indianápolis o Mónaco en mitad de una autovía, o las salidas apenas señalizadas. Pero claro, el único responsable de los accidentes es el conductor.

Y llegas al hotel y los pasillos son como los de El resplandor. Sólo faltaban el niño con el triciclo y Jack Nicholson con el hacha. Para ahorrar, o para meter una habitación más por fachada, resulta que las paredes son de Pladur, pero sólo de Pladur. Y no te puedes dormir hasta que la boda del viernes acaba con la música (la del sábado era la nuestra y no había intención de dormirse antes). Y por la mañana alguien pone el Club Megatrix de madrugada y a todo volumen (el concepto madrugada utiliza aquí un sistema de referencia móvil). Y, cuando lo quitan, descubres que el de la habitación de al lado ronca como si tuviera conectada una radial a la faringe.

Dos propuestas de mejora para las playas: Poner sombra (natural: árboles,...; artificial: pérgolas, marquesinas,...) y poner césped o baldosines hasta la orilla (esto ya es para lograr las cinco olas de una hipotética clasificación playera - o playística -, pero la sombra es imprescindible). El que se impida a los perros pasear por la playa supondría una mejora sanitaria, pero parece que a nadie le importa (los dueños de perros y los fumadores son dos grupos "acosados" por gente que sólo quiere estar tranquila; un tercero puede ser el de los dueños de motos de baja cilindrada y escape libre).

Habrá que pensar en adaptar los horarios de los hoteles a la realidad de los viajes (y a la de los viajeros). La gente suele llegar a su destino a partir de las cuatro de la tarde, pero las habitaciones hay que dejarlas libres a mediodía. Especialmente tras una boda, pero la necesidad es general, la hora de abandono de la habitación debería retrasarse, al menos, hasta las cuatro de la tarde. Luego te ves en la necesidad de hacerte redbulldependiente para llegar a casa, y la verdad es que sabe a rayos.

Está bien que en el parking te den un recibo con código de barras al pagar y sólo tengas que pasarlo por un lector para que se levante la barrera y te deje salir, pero está mal que en la iglesia desmonten el reclinatorio de los novios mientras ellos, los padrinos y los testigos firman el acta en el altar. Y peor aún está que casi empujen a los rezagados con la puerta mientras la cierran, que la ceremonia no la han oficiado gratis y la gente se merece un respeto. Claro, que si el fotógrafo "profesional" mafioso correspondiente es incapaz de captar el primer beso que se dan los novios una vez casados, qué puedes esperar.

Vale