Sexo, mentiras y cintas de vídeo (gracias, Sodenbergh)

Lo primero, disculpas por esta larga ausencia (que muchos agradecerán y a muchos más no les importará lo más mínimo).

¿Realmente alguien cree que la obtención de una igualdad de derechos efectiva entre hombres y mujeres pasa por que se modifique la Constitución para que Leonor (doña, cuando acabe el Bachillerato, como todos) sea Reina? Una solución mucho menos costosa para la Nación (con mayúsculas, como en la Carta Magna) sería que sus padres, tan católicos ellos, hagan voto de castidad de ahora en adelante (hay métodos menos virtuosos pero, claro, son pecado) o convenzan a un posible hijo menor varón de que renuncie a sus "derechos dinásticos" (ya se lo obligaron a hacer al tío del Rey debido a su sordera congénita, todo está inventado). Igual, si intentan cambiar la Constitución para eso se encuentran en Roma, como Alfonso XIII.

Resulta que el que los colegios privados puedan decidir a quién admiten (por la sutil añagaza de cobrar obligatoriamente actividades "voluntarias") es defender el derecho de los padres a elegir centro, la educación de los hijos y (sobre todo) la Biblia en verso. Claro que, si hacemos caso a algún moderado comunicador radiofónico de nuestras santas mañanas, en Cataluña están más oprimidos ahora que en Alemania en los años treinta. Pero bueno, como en Madrid te operan en menos de treinta días en cuanto notas alguna molestia, tenemos que estar contentos.

Cuatro joyas: Intolerancia y El nacimiento de una nación, de D.W. Griffith (y no la produce Carod), Laura de Otto Preminger y Match Point de Woody Allen. Si bien el trasfondo ideológico de El nacimiento es detestable (o se le fue la olla o, con todo el guión en la cabeza, no fue capaz de ver el conjunto), artística y técnicamente es un hito histórico en el que se ve el origen de gran parte del cine posterior. La ideología de Intolerancia es totalmente opuesta a la de El nacimiento, y también se nota que disponía de mucho más dinero para la producción. Laura es pura seducción. Respecto a Match Point, una pregunta: ¿intuir la solución que el protagonista va a dar a su conflicto hace recomendable la asistencia a terapia psicológica o es que es más evidente de lo que nos parece a los que vamos de sutiles por la vida?

Yo diría que el final de Charlie y la fábrica de chocolate no es acorde con el resto de la película, lo que deja una sensación rara al acabar de verla. No sé yo si 7 vírgenes merecía tanto premio en San Sebastián; quizás la película fuera más interesante si empezara donde acaba. Interesante Tapas. Necesaria El hundimiento.

Para acabar, expresar mi profunda alegría por la detención en Tenerife de un croata acusado de crímenes de guerra. Ahora que algunos han transformado a los aviones en buitres, reconforta saber que todavía hay quien cree en la antigua parafernalia de la ley y la justicia.

Vale.